domingo, 16 de junio de 2013

Continúan protestas por gasto público en Brasil


BRASILIA, 16 de junio.–Por sexto día consecutivo, Brasil vivió ayer una jornada de protestas, concentradas en esta ocasión en la capital, donde cientos de personas chocaron con la policía en plena inauguración de la Copa Confederaciones de futbol.
La manifestación en los alrededores del estadio Nacional, en el que jugaban las selecciones de Brasil y Japón, congregó a unas mil 200 personas y dejó al menos 27 heridos y 16 detenidos. La policía usó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersarlos.
Los participantes vulneraron el fuerte esquema de seguridad que supuso el despliegue de diez mil policías y soldados de las tres fuerzas armadas.
Esas tropas tenían apoyo de helicópteros y hasta de un avión no tripulado, equipados con cámaras que registran todos los movimientos en un perímetro de unos tres kilómetros en torno al estadio y que las envían en tiempo real a un moderno centro de control inaugurado el pasado jueves por la presidenta Dilma Rousseff.
Las refriegas entre policías y manifestantes ocurrieron a las puertas del estadio y crearon cierta zozobra entre las decenas de miles de hinchas que se dirigían hacia el coliseo de la capital, muchos de los cuales ingresaron al recinto a las prisas y con el miedo estampado en sus rostros.
Cuando comenzaba la ceremonia de apertura en el interior del estadio, la calma que había imperado en los primeros momentos de la protesta se acabó y dio paso a la violencia, cuyo origen no quedó muy claro, pero que incluyó una severa carga de la policía contra los manifestantes.
La Secretaría de Seguridad de Brasilia informó que 16 personas fueron detenidas y que en los enfrentamientos resultaron heridos 23 manifestantes y cuatro policías, ninguno de ellos de gravedad.
La protesta fue convocada por movimientos sociales que critican el elevado gasto público en el torneo organizado por la FIFA, en un país con una salud y educación pública deficientes y en el que muchos no tienen acceso a los servicios básicos.
El Movimiento Sin Techo, uno de los organizadores, denunció que en Brasil unas 50 mil personas viven en las calles y, sin embargo, “el gobierno gasta millones en la construcción de estadios”.
Ese malestar se vio reflejado en muchas de las pancartas que exhibieron los manifestantes, que brincaban al grito de “quien no salte es de la FIFA”.
“Dinero para la salud y la educación, no para el futbol” y “Si tu hijo se enferma lo tendrás que llevar al estadio” eran algunas de las frases escritas en los carteles.
Otros carteles expresaron la “solidaridad” de los manifestantes con las miles de personas que en los últimos días han protestado en Sao Paulo, Río de Janeiro y otras ciudades del país contra recientes aumentos en las tarifas del transporte.

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